viernes, 9 de enero de 2009

Presentacion al "Panorama de las Neurosis de Transferencia" .Borrador del XII. José Luis González-Fernandez.

Presentación José Luis González Fernández


Los siguientes son los textos de presentación de José Luis González Fernández (Psicoanalista, profesor de la Universidad-Autónoma- Metropolitana) que antecedieron la publicación de cada una de las tres partes en que fue fraccionada la publicación del texto de Freud, a lo largo de los tres primeros números de la revista Subjetividad y Cultura

NUEVO TEXTO DE SIGMUND FREUD
EL BORRADOR DEL XII
Panorama de las neurosis de transferencia (1915)

A manera de presentación (primera parte)

Este manuscrito que aparece por primera vez publicado en México (1) fue encontrado en Londres en 1984 anexo a una carta dirigida a Sandor Ferenczi, en la cual Freud hace mención del envío del "borrador del XII"(2), en una clara referencia al libro que sobre metapsicología pensaba publicar y que tendría como fin "aclarar y profundizar las hipótesis teóricas que podrían ponerse en la base de un sistema psicoanalítico".(3)

Ya desde noviembre de 1914, en una carta dirigida a Lou Andreas-Salomé, apuntaba que "en secreto" se estaba ocupando de "grandes y trascendentales cosas"(4). El 23 de abril de 1915 le comunicó a Ferenczi que "Pulsiones, Represión, e Inconsciente", los primeros tres capítulos, ya estaban listos para ser publicados en el curso del año por la "Internationale Zeischrift für Psychoanalyse".(5)

Según Jones, los cinco primeros capítulos, es decir, Las pulsiones y sus destinos (1915), Lo Inconsciente (1915), La Represión (1915), Duelo y Melancolía (1917 [1915]), y Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños (1917 [1915]) fueron escritos entre el 15 de marzo y el 4 de mayo de 1915 (6). El libro, le escribe Freud a Abraham justamente el 4 de mayo de 1915, se denominará "Ensayos preparatorios para la metapsicología", y lo entregaría a "un mundo no comprendido en tiempos más tranquilos". Al definirlo -recordemos que hasta entonces sólo tenía escritos los cinco primeros capítulos-, lo clasificó como "de tipo y nivel del capítulo siete de La interpretación de los sueños". Pero con una observación: "En general, pienso que representará un avance".(7)

Sólo un mes después ya tenía listos diez de los doce artículos proyectados, y el 21 de junio le escribe a Ferenczi: "Es cierto, estoy trabajando muy lentamente , pero con constancia. Diez de los doce artículos están listos. Sin embargo, dos de ellos (conciencia y angustia) necesitan revisión. Acabo de completar la histeria de conversión; faltan todavía la neurosis obsesiva y la síntesis de la neurosis de transferencia".

Pero esta vez la observación ya no fue la misma que en la ocasión anterior y sugiere que no se sentía totalmente feliz con lo artículos, que les faltaba la conclusión adecuada.(8)

Según Stratchey (9), dadas las referencias que Freud hace a través de su obra, los dos artículos restantes versan sobre la sublimación y la proyección (o paranoia).

A decir de Jones, el libro que contendría la colección se llamaría sucesivamente: "Zur Vorbereitung der Metapsychologie" (trabajos preliminares para una metapsicología); "Abhandlungen zur vorbereitung der metapsychologie" (ensayos introductorios para una metapsicología), aquí algo interesante para nosotros; "Ubersich der Ubertraggneurosen" (Panorama de las neurosis de transferencia) (10), y surge la interrogante: ¿Por que Jones no hace referencia del envío del "borrador del XII"?.

El 8 de Julio de 1915 Freud le escribe a Putnam: "Yo estoy aprovechando el claro en mi labor para acabar un libro que contiene una colección de doce ensayos psicológicos".(11)
El 30 de Julio a Lou Andreas-Salomé le dice que: "La experiencia de los tiempos actuales cristalizará probablemente en un libro que consta de doce ensayos, encabezados por uno que se ocupa de las pulsiones y sus destinos. Más creo recordar que ya le había hablado de ello. El libro está acabado, si se exceptúa la necesaria revisión que exige la distribución y adaptación de los ensayos individuales".(12)

Diez días después, también en una carta a Ferenzci, escribió: "Los doce artículos están, por así decirlo, listos".(13)

Jones afirma que Freud destruyó los siete artículos no publicados por representar el final de una época en él, precedente al gran periodo que comenzaría en 1919. ¡En 1919!.

Sabemos de la importancia que Freud le atribuía a los números y a los ciclos, de modo que es de llamar la atención la coincidencia con una carta dirigida a Ferenczi el 9 de julio de 1913 con motivo del cuarenta cumpleaños del destinatario, donde Freud apunta que desde que él mismo cumplió los cuarenta -a la fecha tenía 56-, ha cambiado la piel varias veces "lo que, como sabemos, ocurre cada siete años", y al finalizar la carta dice: "Las ideas buenas me vienen en ciclos septenales: en 1891 comencé a trabajar con la afasia; 1898-9, la interpretación de los sueños; 1904-5, el chiste y su relación con lo inconsciente; 1911-12, Totem y tabú. Por lo tanto, me encuentro ahora probablemente en la fase estéril y no podré producir nada de importancia antes de 1918-19 (siempre que el hilo no se haya quebrado antes)."(14)

El cuarto ensayo fue "Duelo y melancolía", y por su oportunidad, presenta a un Freud en una dramática transición, en el drama silencioso y elocuente de un libro nunca publicado. Los
fundamentos que Freud intentaba asentar de modo definitivo como base del psicoanálisis estaban cambiando en sus propias manos. ¿Y los otros siete artículos, todos aparentemente terminados pero sin proyecto de publicación?. Todos ellos -le dijo Freud a Ferenczi el 11 de noviembre de 1917- merecían la supresión y el silencio.(15)

Más de un año tuvo que transcurrir para que Freud recibiera una carta de Lou Andreas-Salomé quién le preguntaba "¿donde esta tu metapsicología?" (16), y Freud le contesta el 2 de abril de 1919: "¿donde está mi metapsicología?. En primer lugar, no ha sido escrita aún. No me es posible elaborar el material de manera sistemática; la índole fragmentaria de mis observaciones y el carácter esporádico de mis ideas no me lo permitirían".(17)

Pero era ya 1919, su "ciclo septenal" había comenzado.

Notas(1) Publicado por S. Freud Lta., Colchester and Ilse Grubich- Simitis, Königstein, 1985. Nosotros hemos tomado la versión alemana publicada por la revista "Intercambios".,Bs.As. Argentina., nov-ene 1990.
(2) Suponemos que se trata de la carta dirigida a Ferenczi el 12 de Julio de 1915.
(3) Freud, S. "Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños".,Obras Completas, AE-XIV.,Bs.As. 1979.,p.221 n.
(4) La referencia es de Peter Gay en "Freud..", Ed.Paidós,Bs.As, 1989.,p.408, quien alude a la correspondencia de Freud con Lou Andreas-Salomé del 25 de noviembre de 1914.
(5) ibid.,p.409
(6) Jones, E. "Vida y obra de S. Freud", Ed.Hormé, Bs.As, 3a ed, 1981, TII, p.200.
(7) Gay, Peter. op.cit.
(8) ibid.,p.414.
(9)Strachey, James., En "Sigmund Freud". "Obras completas".,AE- XIV, Bs.As.,1979.,p.102.
(10) Jones, E., op.cit.
(11) Freud-J.J.Putnam, correspondencia. "S.Freud. Epistolario"., Ed.P&J, Barcelona, 1984. Carta 169.,p.276.
(12)Freud-L.Andreas, correspondencia. "S. Freud. Epistolario"., op.cit. carta 170.,p.277.
(13) Gay, Peter., op.cit. p.414.
(14) Freud-Ferenczi., correspondencia. "S. Freud. Epistolario".,
op.cit. carta 163.,p.p.268-69.(15) Gay, Peter.,op.cit.,p.420.
(16) Stracchey, James.,op.cit.,p.103.
(17) ibid.


EL BORRADOR DEL XII.
PANORAMA DE LAS NEUROSIS DE TRANSFERENCIA (1915).

A manera de presentación. Segunda Parte

Presentamos en esta ocasión la segunda de tres partes correspondiente al XII borrador del ensayo de Metapsicología: "Panorama de las Neurosis de Transferencia", escrito por Freud y extraviado hasta el año de 1984.(1)

Dada la extensión de este borrador y por haber pretendido dar a conocer simultáneamente la versión alemana y la castellana, nos hemos visto obligados a dividirlo, en forma hasta cierto punto arbitraria, en tres partes. Freud divide, de hecho, su borrador en dos partes; un panorama propiamente dicho (publicado en el número anterior) donde hace una sinópsis de las neurosis en relación a la regresión, las formaciones reactivas, la fijación, la sexualidad y a la propia disposición, punto que da lugar a la segunda sección llamada por Freud "Fantasía Científica" (Wissenschlich Phantasien) o "Fantasía Filogenética" como también se le conoce. Con este trabajo, Freud pretendía hacer un análisis "científico" apoyado en la teoría lamarckiana más allá de "Tótem y Tabú", con el aval y la cooperación principal de Ferenczi. intenta explicar los deseos y angustias modernas como derivados de los primeros tiempos de la humanidad. Freud hace corresponder las diferentes neurosis según una secuencia proporcionada por la propia historia del género humano.

En esta segunda parte (la presentada aquí), leeremos como Freud, apoyado en la teoría lamarckiana, trabaja la histeria de angustia como una herencia posible de la era glacial, tiempos en los que la humanidad amenazada por las variaciones climatológicas tan severas y por consecuente falta de alimentos, transformó la libido en angustia. Frente a esta situación de terror, los hombres primitivos se formaron la idea de que en aquellas circunstancias la reproducción atentaba a la conservación de la especie. De esta manera, los intentos de control natal con seguridad llegaron a producir la histeria.

Este interés por la herencia lamarckiana siempre fue constante en Freud. Jones afirma que para los primeros días del año 1897, Freud pretendía hacer un estudio sobre el Malleus Maleficarum (2) impresionado por el hecho de que las perversiones sexuales que el diablo practicaba con sus adictos eran iguales a los relatos que los pacientes hacían acerca de su infancia y a partir de ello sugiere que tales perversiones son repeticiones de una herencia proveniente de algún antiguo culto sexual semireligioso (3).

Cuando la ciencia genética estaba dando sus primeros pasos y todavía en los círculos científicos predominaba la idea de que los caracteres adquiridos podían transmitirse de generación en generación, Freud escribe Tótem y Tabú; es 1913 y parece probable que la teoría filogenética hubiera encontrado sus fundamentos clínicos en el análisis que estaba desarrollando en "El Hombre de los Lobos", donde las fantasías originarias, la seducción en la infancia y la amenaza de castración, son consideradas por Freud como derivados de la herencia filogenética y complementados con las adquisiciones de la experiencia personal.(4) Así, frente a la clínica, la teoría filogenética, "... ayudaba a completar la estructura teórica del psicoanálisis".(5)

Haciendo un paréntesis, vale la pena señalar de acuerdo a lo que dice Peter Gay, la ironía representada por el hecho de que "el crimen primordial en modo alguno era esencial para la argumentación freudiana. Los sentimientos de culpa pueden transmitirse mediante mecanismos menos fantasiosos, más aceptables desde el punto de vista científico. (...) La presentación de su asombroso relato, no como un hecho, sino como una fantasía milenaria de los jóvenes enfrentados a los padres, le habría permitido abandonar su tesis lamarckiana. La universalidad de la experiencia familiar, de las rivalidades íntimas y de los sentimientos mezclados -en pocas palabras, el ubicuo complejo de edipo- habría bastado para explicar la recurrencia de los sentimientos de culpa y para hacerlos encajar sin problemas en su teoría de la mente".(6)

Volviendo al tema que nos ocupa, al inicio de la guerra envía la ya citada carta a Lou Andreas-Salomé (7) donde escribía que en "secreto" se estaba ocupando de "grandes y trascendentales cosas"; decía: "Mi conclusión secreta era: toda vez que sólo vemos la suprema cultura afectada de un hipocresía enorme, no somos aptos orgánicamente para esa cultura. Hemos de dimitir, y el o lo gran desconocido detrás del destino repetirá semejante experimento cultural algún día con otra raza."

En 1915, año de los escritos metapsicológicos,escribe "Panorama de las Neurosis de Transferencia", borrador que presentamos aquí.

En 1917 aún interesado por "la importancia del lamarckismo para el psicoanálisis", Freud escribe a Abraham (8) manifestándole la intención de incorporar a Lamarck al psicoanálisis, haciendo coincidir la idea lamarckiana de "necesidad" con el poder de las ideas inconscientes sobre el cuerpo, poder cuyos restos -según señala Freud- podemos observar en la histeria. Jones afirma que Freud hace una coorelación de este residuo de poder, a saber, la omnipotencia de los pensamientos con la voluntad de poder de Shopenhauer, y esto ponía al animal en condiciones de lograr las adaptaciones, ya sea del cuerpo propio o del ambiente, que procuraría la satisfacción de la "necesidad". (9)

"Con esto se completaría el psicoanálisis. Dos grandes principios de cambio o progreso surgirían de esto: uno por la adaptación (autoplástica) del propio cuerpo y más tarde otro (heteroplástico) por la transformación del mundo externo".(10) Pese a haber abandonado su proyecto lamarckiano en concreto, su pensamiento seguía influenciado por él, así vemos que hasta el fin de sus días periodicamente salía a relucir; por ejemplo, su "condición de judío" formaba parte para él de una herencia filogenética. En 1922 escribió a Ferenczi que le impacientaba tener que ganar dinero, afrontar un mundo despreciable, aceptar que envejecía. "Extraños anhelos secretos surgen dentro de mí, tal vez de la herencia de mis antepasados del Oriente y el Mediterraneo, anhelos de una vida totalmente distinta, deseos del final de la infancia, irrealizables y mal adaptados a la realidad"(11). Estos "oscuros anhelos" siguieron intrigándolo. Diez años más tarde, en 1932, le escribió a Arnold Zweig, -quien acababa de volver de Palestina- : "y nosostros procedemos de allí (aunque uno de nosostros también se considera germano, el otro no); nuestros antepasados quizá vivieron alli medio milenio, tal vez milenio completo (pero eso, también "sólo tal vez"), y es imposible decir que nos quedó entretanto en la sangre y los nervios (aunque sea una manera incorrecta de decirlo) como una herencia de la vida en ese país". Todo era muy enigmático: "Oh, la vida podría ser muy interesante si uno supiera y entendiera más sobre ella"(12)

En el Malestar en la Cultura,(1930 <1929>) obra que podemos considerar como un resúmen aplicado de toda su trabajo, introduce la angustia en su análisis de la cultura y del superyo, originándose lo que él llamó KulturÜberich, el superyo cultural (13) defendiendo nuevamente su afirmación de que toda experiencia proviene del mundo exterior. La dotación innata, que incluye la propia experiencia filogenética, desempeña su papel durante las tareas que el complejo de edipo desarrollara en la constitución del policía interior que el individuo -y, con él su cultura- llevará consigo adelante.(14)

Sin embargo y pese a todo, Freud quería "..hacerse presente de algún modo a los biólogos". (15)

Notas(1) La primera parte y algunos detalles de su hallazgo fueron publicados en el #1 de "Subjetividad y Cultura", junio 1991.pp.35-46
(2) Elmartillo de las brujas, de J. Sprenger y H. Kraemer, alegato publicado a fines del siglo XV, alentado y acogido por la inquisición. Citado por Jones en "Vida y Obra", ed. Paidós, 3a edición, 1979. Tomo I, p.358
(3) Ibid ,p.358
(4) Freud, Sigmund. "El hombre de los lobos", O.C. Ae-XVII, 1981,p.29
(5) Gay, Peter.,"Freud. Una vida de nuestro tiempo"., Ed.Paidós, 1a edición, 1989. p.378
(6) Ibid.,p.377
(7)"El Borrador del XII" presentación, primera parte, "Subjetividad Y Cultura" #1, p.36, correspondencia Freud-Lou Andreas 25 de Noviembre de 1914
(8) Correspondencia Freud-Abraham del 11 de nov de 1917.Citado por Jones, op.cit. Tomo II. p.210
(9) Ibid., p.331-32
(10) Ibid., p.358
(11)Correspondencia Freud-Ferenczi del 30 de marzo de 1922. Citado por Peter Gay., op.cit., p.667
(12) Carta a Arnold Zweig el 8 de mayo de 1932. Ibidem.
(13) Freud, Sigmund.,"El Malestar en la Cultura"., O.C. AE-XXI., p.136-39
(14) Gay Peter., op.cit., p.613
(15)En referencia a la carta dirigida a Ferenczi el 25 de enero de 1917. Citado por Jones, Ernest., op.cit., Tomo III, p.331


EL BORRADOR DEL XII:
PANORAMA DE LAS NEUROSIS DE TRANSFERENCIA (1915)

A manera de presentación (Tercera parte y última)



Con la presentación de la tercera parte del borrador de las neurosis de transferencia finalizamos la publicación de este importante trabajo inédito en México.(1)

En las ediciones precedentes hemos remarcado el sello lamarckiano de este borrador que, como recordaremos, corresponde al libro que Freud pretendía elaborar sobre metapsicología (2), un lamarckismo bajo el cual aun el mismo Darwin estuvo sujeto en su momento. Es de nuestro interés ahora hacer mención de algunas de las corrientes en las que, según varios autores, Freud estaba inmerso en el momento de la elaboración de este documento, así como brevemente señalar de una manera general en esta presentación, los puntos e ideas principales de éstas.

Quizá lo más conocido, aunque no necesariamente lo más estudiado en nuestro campo, sea la teoría del naturalista francés Juan Bautista Lamarck, quien sostenía que de seres muy simples provienen todos los demás y que, al producirse cambios en el ambiente que les palantean nuevas exigencias, obligan al organismo animal a responder adaptándose a las nuevas circunstancias. Como consecuencia de esto, algunas de sus partes consitutivas cambian morfológicamente haciéndose más largas, vigorosas o gruesas según la necesidad adaptativa, en tanto que aquellas que dejan de tener alguna función se atrofian. Estos cambios, decía Lamarck, se transmiten a los descendientes de generación en generación. Cita el conocido ejemplo de la jirafa, la cual pudo haber tenido como antecedente a un animal semejante al antílope que en cierto momento y por alguna circunstancia comenzó a alimentarse de las hojas de los árboles; para ello tenía la necesidad de estirar el cuello, la lengua y las patas. Al principio estas partes de su organismo se estiraron muy poco, pero la necesidad persistía y tanto la condición como la transformación fueron transmitidas a sus descendientes quienes progresivamente se estiraron más, hasta llegar a la jirafa actual. A este respecto Freud escribía a Karl Abraham: "El propósito es poner a Lamarck enteramente en nuestro terreno y mostrar que su 'necesidad' que forma y transforma los órganos no es otra cosa que el poder de la representación inconsciente sobre el propio cuerpo, de la cual encontramos los restos en la histeria, en una palabra, 'la omnipotencia de los pensamientos'."(3)

Durante cerca de 50 años, la teoría de Lamarck ocupó un lugar preponderante hasta que Darwin y su "selección natural" demostraron que las únicas características que pueden ser heredadas son las "adquiridas" en el lento proceso evolutivo, y no las adquiridas en la vida; sólo las jirafas de cuello largo habrían sobrevivido.

Sin embargo, en el momento de la redacción de los textos que nos interesan, Freud aún está en plena efervescencia transformista y evolucionista. Habrá que decir que el transformismo parte de la base de que las especies animales y vegetales que conocemos no son iguales a las que existían en épocas remotas. Pero esta concepción todavía no está pensada en términos de evolución sino, como su nombre lo indica, de transformación, lo que en otras palabras querría decir que consideran los cambios como macromutaciones.

Paul Bercheri (4) nos dice que el evolucionismo resultó de la síntesis de esta teoría transformista y de aquella concepción que se manejaba de índole social en el sentido de que las sociedades avanzan y progresan, que tienen un origen en la barbarie para entonces llegar a la civilización, es decir, las teorías del progreso contínuo.

Assoun (5) afirma que Freud por esta época estaba además influenciado por la corriente haeckeliana. La ley biogenética fundamental asumida por Haeckel -recapitulación de la filogenésis por la ontogenésis-(6) se encuentra en la idea propuesta por Freud en torno a los esquemas filogenéticos transmitidos que volverán a emerger en la vivencia ontogenética. Las escenas originarias (coito parental, seducción) que Freud encuentra en el orígen de su investigación en el discurso de los neuróticos son consideradas finalmente como "fantasias originarias" (urphantasien) y tienen indisoluble relación con los grandes complejos (edipo, castración): "Es posible -declara audazmente- que todos los fantasmas que se nos cuenta hoy en día en el análisis [...] hayan sido antaño, en los tiempos originarios (urzeiten) de la familia humana, realidad, y que al crear unos fantasmas el niño tan sólo colme, con ayuda de la verdad prehistórica, las lagunas de la verdad individual".(7) Hasta tal punto que, "cuando los acontecimientos no se adaptan al esquema hereditario, sufren una modificación en el fantasma". (8)

En términos muy generales, la importancia de este borrador radica en un sentido epistemológico en la ubicación contextual que nos brinda sobre el pensamiento de Freud en esos tiempos, y más allá, como afirma José Perrés, la necesidad de hacer un estudio profundo de ciertos postulados y de su incidencia en la estructura psicopatológica y metapsicológica de la obra freudiana.(9)
Para terminar esta presentación una cita de Assoun:

"pero si bien (Freud) abandona ese proyecto en el que tenía gran interés (libro sobre metapsicología y capítulo XII), podemos decir que se indemnizaba simbólicamente tomando del neodarwinismo el lenguaje que le permitía articular su proyecto, lenguaje de su deseo científico. Préstamo mucho más discreto e inconsciente, pero determinante."(10)

Notas(1) El largo intervalo que medió entre la primera parte y esta última fue originado por problemas de tipo editorial y de compromiso de publicación con la revista "Subjetividad y Cultura", mientras tanto, llegaron a mis manos varias publicaciones y retraducciones entre las cuales una es digna de mención. Se trata de la edición titulada "Sinópsis de las neurosis de transferencia". Cuya presentación en el original corresponde a Ilse Grubrich-Simitis y la edición al castellano realizada por la Editorial Ariel, S.A., al cuidado de Antoni Vicens, Barcelona, Primera edición, diciembre de 1989. También debo señalar el artículo de José Perrés "Freud, un inédito metapsicológico y su contexto, donde hace un interesante análisis epistemológico de algunos puntos de este vasto texto, publicado en "La Nave de Los Locos" #12.
(2) Revista "Subjetividad y Cultura" #1 junio 1991 y #2 mayo 1992. México.
(3) Freud, Sigmund. "Correspondencia". Carta a Karl Abraham, Ed. Gedisa, barcelona 1979, p.292-293.
(4) Bercheri, Paul. "Génesis de los Conceptos Freudianos", Ed. Paidos, Primera ed., Bs.As. 1988., p.185 y sigs.
(5) El naturalista alemán E.Haeckel (1834-1919) había popularizado su ley biogenética fundamental, según la cual la ontogénesis repite resumidamente la filogénesis. Es decir, que cada individuo transita por las etapas que precisaron millones de años en la evolución sobre la tierra.
(6) Assoun, Paul-Laurent., "Introducción a la Epistemología Freudiana", Ed. S.XXI, México 1982.
(7) Freud, S. "Lecciones Introductorias al Psicoanálisis", Obras Completas, AE-XVI, Bs.As. 1979, p.338.
(8) Freud, S. "El hombre de los lobos", Obras Completas, AE-XVII, Bs.As. 1979, p.108.
(9) Perrés, José. "Freud: Un inédito metapsicológico y su contexto"., Artículo publicado en "La Nave de los Locos", #12, p.39., México.
(10) Assoun Op.Cit. p.204.



Panorama de las neurosis de transferencia
Sigmund Freud

Traducción del alemán: José Luis González Fernández
Revisión y corrección: Karin Fröde de Gómez

Sumario(1)

Luego de hacer un detallado examen, intentar resumir caracteres, demarcando comparativamente cada uno de los momentos.

Los momentos son: represión, formaciones sustitutivas y de síntomas, contrainvestidura, relación contabilidad función sexual, regresión, disposición. Restringir a los tres tipos de neurosis: histeria de angustia, histeria de conversión y neurosis obsesiva.

a) Represión. Se encuentra en los tres tipos de neurosis en la frontera de los sistemas inconsciente y preconsciente. Consiste en la sustracción o negación de la investidura preconsciente, asegurada por una especie de contrainvestidura. En la neurosis obsesiva, en los estados mas tardíos, la contrainvestidura se desplaza hacia la frontera preconsciente-consciente.

Escucharemos (2) que en el siguiente grupo la represión tiene una tópica diferente, ella luego se amplia también al concepto de clivaje.

El punto de vista tópico no debe ser sobrevalorado en el sentido de que cualquier relación entre ambos sistemas pueda llegar a bloquearse su apreciación por eso. Será así esencial para meditarse, entre que elementos este obstáculo introducirse.

Éxito y Complementación

Se encuentran interrelacionados por el hecho de que el fracaso la repres ión requiere nuevos esfuerzos. El éxito varía según las 3 neurosis y según cada uno de sus particulares estadios.
El menor los éxitos está (es produce) en la histeria de angustia correspondiendo al hecho de que no se establece ninguna clase de representación >representanz<>intolerable<>una<>


b) Contrainvestidura
En la histeria de angustia >la contrainvestidura<>a<>vorstellungen<>

En la neurosis obsesiva, donde desde el principio se trata de una defensa contra una pulsión ambivalente >se<>

En la histeria se facilita un carácter más afortunado debido a que las contrainvestiduras buscan desde el inicio un encuentro contabilidad investiduras pulsionales para enlazarse a ella en un compromiso, lo que determina la elección de la representación >Repraesentanz<.

c) Formación Sustitutiva y Formación de Síntoma.

Corresponde al retorno de lo reprimido, y al fracaso de la represión. Por un determinado periodo son diferenciables, más tarde corren juntos.

La mayor conjunción se da en la histeria de conversión: sustituto = síntoma, nada más que separar. Así mismo, en la histeria de angustia, la formación sustitutiva facilita el primer retorno de lo reprimido.

En la neurosis obsesiva se diferencian claramente en la circunstancia de que la primera formación sustitutiva proviene de la represión de la contrainvestidura y no es considerada como un síntoma. Sin embargo, síntomas tardíos de la neurosis obsesiva son fundamentalmente >un<>

La formación de síntomas, de donde parte nuestro estudio, coincide siempre contabilidad el retorno de lo reprimido y se produce contabilidad la ayuda de la regresión y de las fijaciones disponibles.

Una ley general afirma que la regresión vuelve hasta la fijación y desde allí se fuerza el retorno de lo reprimido.

d) Relación contabilidad la Función Sexual.

Para esto continúa manteniéndose la moción pulsional antes reprimida siempre como un impulso libidinal perteneciente a la vida sexual, mientras que la represión parte del Yo por varios motivos, que se pueden resumir como un Yo poder (a causa de sobrefuerza) o no querer. Esto último se refiere a la incompatibilidad contabilidad los ideales del yo o a un daño de otra índole temido por el Yo. Este aspecto fundamental es opacado por dos momentos: el primero, tiene frecuentemente la apariencia de que la represión fuese estimulada por el conflicto de dos mociones, libidinosas ambas, siendo especialmente frecuentes y claras.

Esto se diluye tras la consideración de que una de estas es egosintónica y en el conflicto puede solicitar ayuda de la represión derivada del Yo.

El segundo: entre lo reprimido no solamente encontramos aspiraciones libidinosas, sino que también aspiraciones del Yo claramente y contabilidad frecuencia en estados más largos y desarrollados más avanzados de la neurosis. Esto último se 1ocaliza de tal manera que al moción pulsional reprimida busca imponerse en un rodeo a través de una aspiración del Yo al que le ha prestado un elemento, le transfiere energía y es arrastrada contabilidad aquella >la moción<>ley general antes mencionada<.

Se comprende la exigencia de sacar conocimientos de los momentos iniciales del establecimiento de la neurosis, en la histeria y en la neurosis obsesiva, es obvio que la represión se dirige contra la función sexual en su forma definitiva, la cual pretende representar el derecho a la procreación. Nuevamente la mayor claridad se observa en la histeria de conversión ya que no hay complicaciones, en la neurosis obsesiva primero hay una regresión. Mientras no exageremos esta relación, es decir, no lleguemos a suponer que la represión se haga efectiva justo en este estadio de la libido pro lo contrario, la neurosis obsesiva expone que la represión consiste en un proceso más general que no depende la libido, pero dirigido aquí hacia niveles previos. Así como también en la evolución del desarrollo la represión es requerida contra mociones perversas en series simples.

Pregunta. ¿Por qué la represión aquí es exitosa, y no lo es en otros casos? En la naturaleza de las aspiraciones libidinales hay sustitución posible, así que en la represión de las aspiraciones normales se fortalecen las perversas y viceversa. Sobre la función sexual la represión no tiene otra relación que nos sea el empeñarse en su rechazo, así será en la regresión y en algún otro destino pulsional.

La relación con la función sexual es menos clara en el caso de la histeria de angustia pro las razones que vimos cuando tratamos la angustia. Parece ser que la histeria de angustia encierra un vuelco, pues la exigencia pulsional sexual, considerada como demasiado grande, es rechazada como peligro.

No se requiere ninguna consideración de la organización de la libido.

e) Regresión

El más interesante momento del destino pulsional. Desde la histeria de angustia no hay ninguna circunstancia que adivine . Podría decir que aquí no entra la consideración en constituyen un mejor ejemplo para la regresión, aunque en este punto la regresión desempeña un papel diferente para la estructuración de cada una de las neurosis.

En la histeria de conversión hay una regresión del ya muy fuerte, retorno a una fase sin diferenciación entre Preconciente e inconsciente, es decir, sin lenguaje ni censura. La regresión servirá empero a la formación de síntomas y al retorno de lo reprimido, la excitación pulsional no admitida por el yo actual, recurre a uno previo donde encontrará una forma distinta de rechazo. Se ha dicho ya que así se llega a una forma de regresión libidinal.

En la neurosis obsesiva es diferente. La regresión es una regresión de la libido no sirve al retorno sino a la represión, y es facilitada ante una sólida fijación constitutiva o por un desarrollo incompleto. Cabe aquí el primer paso defensivo hacia la regresión, donde se trata más bien de una regresión dicha que de una inhibición del desarrollo, y organización libidinal es sometida en adelante a una represión típica, aunque no exitosa. Una parte de la regresión yoica es impuesta al Yo por la libido, o se produce ante el desarrollo incompleto del Yo, relacionado aquí con la fase libidinal (disociación de las ambivalencias).

F) (disposición)

Escondidos detrás de la represión, están los problemas de la fijación y disposición. De la regresión se puede decir, en términos generales, que se extiende a un tipo de fijación, ya sea en el desarrollo del Yo o de la libido, y este punto representa la disposición. Este es entonces el decisivo, el momento en el que se presenta la decisión por la elección de la neurosis. Valdrá entonces la pena extenderse en ello.

La fijación se realiza a través de fase del desarrollo la cual fue marcada demasiado fuerte, o que quizá también haya tenido una duración demasiado larga como para que en consecuencia se pase completamente a al fase contigua.

Ideas más claras de donde y cuales variaciones existen en la fijación, mejor no pidamos. Empero digamos algo sobre su origen. Existe la posibilidad de que dichas fijaciones sean tanto traídas consigo netamente como que ellas sean dadas por impresiones precoces, o finalmente, que ambos factores actúen simultáneamente. Aunque se puede sostener que los dos momentos tienen una propiedad de ubicuidad, ya que todas las disposiciones existen son constitucionales en el niño y por otra parte las impresiones eficaces afectarían a varios niños de manera similar.

Se trata pues de más o de un menos y un eficaz encuentro. Ya que nadie se inclina a poner en tela de juicio momentos constitucionales, le corresponde al psicoanálisis defender contabilidad fuerza los derechos de las atribuciones adquisiciones de la temprana infancia. En la Neurosis Obsesiva el momento constitutivo es por lo demás reconocido más claramente que el accidental en la Histeria de Conversión, esto hay que admitirlo. La distribución detallada es aún dudosa cualquiera que ésta sea.

En donde el momento constitucional de la fijación es considerado, no por ello se aparta lo adquirido, simplemente se desplaza a tiempos más remotos. Pues también se puede aseverar contabilidad justeza que las disposiciones heredadas son restos de lo adquirido por los antepasados. Aquí se choca contabilidad el problema de la disposición filogenética detrás de la individual u ontogenética, y no se puede encontrar contradicción cuando el individuo a su disposición heredada de base experiencias anteriores añade nuevas disposiciones de la vivencia singular.

¿Porqué se debería extinguir el proceso de la disposición en función de una vivencia producida en el individuo cuya Neurosis se explora? ¿o qué crear esta disposición para su descendencia, sin adquirirla para sí mismo?.. Parecería más bien un complemento necesario.

No es posible esclarecer aún en que medida la disposición filogenética puede contribuir a la comprensión de las Neurosis. Además de ello, es también pertinente que la consideración se extienda más allá del estrecho campo de las Neurosis de Transferencia.

El carácter definitivo más importante de las Neurosis de Transferencia, no pudo ser apreciado en este panorama, puesto que pro lo común no llaman la atención y sólo a través del contraste contabilidad las Neurosis Narcisísticas tendrían relevancia. (Este carácter se encuentra en apego al objeto. Relación del Yo al objeto).

Junto a esta ampliación del horizonte avanzaría al primer plano la relación del Yo contabilidad el objeto y la determinación del objeto resultaría el rasgo distintivo común. Aquí se permite cierta preparación.

Espero que el lector, que además de algún fastidio en muchos párrafos, haya notado también, como todo se construyó sobre una muy cuidadosa y afanosa observación, así mismo que ejerza la indulgencia si alguna vez la postura crítica retrocede ante la fantasía al exponer cosas que sean inciertas sólo por que son incitantes y abren la mirada a lo remoto.

Es también legítimo llegar a suponer que aún las Neurosis deben aportar testimonio sobre la historia de la evolución anímica de los hombres. Creo haber demostrado en el artículo (sobre los dos principios) que podemos atribuir a las tencias sexuales del hombre otro desarrollo diferentes al de las tendencias del Yo. El motivo esencial es que el primer grupo podía satisfacerse autoeróticamente, en tanto que las tendencias del Yo dependen desde el principio del objeto y contabilidad esto por lo tanto de la realidad.

A grandes rasgos creemos haber aprehendido cual es la evolución de la vida sexual humana (tres ensayos para una teoría sexual). Es más difícil de comprender el desarrollo del yo humano, es decir, de las funciones de autoconservación y de las formaciones derivadas de ellas. Solamente conozco el intento único de Ferenczi, quien utiliza experiencias psicoanalíticas para ese propósito. Naturalmente nuestro cometido se nos facilitaría si dilucidáramos la historia de la evolución del Yo desde otro lado en lugar de tener que proceder inveso hasta ahora. La impresión que se logra contabilidad ello es que la historia de la evolución de la libido repite una parte de la evolución mucho más antigua que la del Yo, el primero tal vez repita las circunstancias de a familia de los vertebrados, mientras que el otro se inclina hacia la historia de la especie humana.

Existe ahora una serie a la cual se puede unir diversos y amplios pensamientos. Ella surge cuando las Psiconeurosis (no sólo las Neurosis de Transferencia) se ordenan según el tiempo y el punto en el cual entran en escena en la vida individual. Entonces es la Historia de angustia prácticamente la más temprana, le sigue la Histeria de Conversión (del cuarto año en adelante), un poco más tarde en la prepubertad (9-10) se da paso en los niños a la Neurosis Obsesiva. Las Neurosis Narcisistas ausentes en la infancia. De éstas, la Demencia Precoz en su forma clásica es un padecimiento de la pubertad, la Paranoia se aproxima a los años de madurez, y la Manía-Melancolia también al mismo periodo, por lo demás indefinido.

La serie sería entonces:
Angustia - Histeria de Conversión - Neurosis Obsesiva - Demencia Precoz - Paranoia - Mania-Melancolia.

Las disposiciones de la fijación para estas afecciones parecen resultar también en una serie pero en sentido contrario (obvio) especialmente cuando se considera la disposición libidinal. Por lo tanto, cuanto más tarde la Neurosis entra en escena, tanto más la necesidad de regrediente a una fase libidinal más temprana. Sin embargo esto es válido sólo a grandes rasgos. Indudablemente la Histeria de Conversión se dirige contra el primado de los genitales, la Neurosis Obsesiva contra el estado sádico, para acabar, las 3 Neurosis de Transferencia en primera instancia contra una evolución libidinal consumada.

Pero las Neurosis Narcisísticas se remontan a fases previas al encuentro del objeto. La Demencia Precoz hace un movimiento regrediente hasta el autoerotismo, la Paranoia hasta la elección de objeto narcisista homosexual, la Melancolía depende de la identificación narcisista contabilidad el objeto. Las diferencias están en el hecho de que la Demencia indudablemente entra en escena antes que la Paranoia por más que su disposición libidinal se retraiga más atrás, y la Manía-Melancolía no permite una clasificación temporal segura. Por lo tanto no se puede sostener que e orden temporal de las Psiconeurosis, cuya existencia es positiva, sea decidida sólo por la evolución libidinal. En tanto que esta relación es acertada, se acentuaría carácter inverso entre ambos.

Es también sabido que contabilidad el tiempo la Histeria o la Neurosis Obsesiva pueden transformarse en Demencia, nunca a la inversa. Sin embargo, puede formularse otra serie filogenética, la cual tiene realmente el mismo curso temporal de las Neurosis. Sólo que para ello es imprescindible tomar impulso y convenir en establecer más de una hipótesis intermedia.

El Dr. Wittels fue el primero en proponer la idea de que el animal humano vivía en un medio extremadamente rico en el que todas sus necesidades estaban cubiertas, medio que se conserva reflejado en el mito del paraíso original. Es probable que allí la periodicidad de la libido se haya superado, la cual en los mamíferos está aún adherida.

Ferenczi, ya en el trabajo rico en pensamientos mencionado, expuso la idea de que la evolución ulterior del hombre primitivo sucedió bajo la influencia de los destinos geológicos de la tierra, y que especialmente la necesidad de las eras glaciales estimularon el desarrollo cultural. Es por lo general admitido que la especie humana existía en la era glacial y ha experimentado la influencia en ese periodo.

Si tomamos la idea de Ferennczi, estamos muy cerca de la tentación a reconocer en las 3 disposiciones a la Histeria de angustia, la Histeria de Conversión y las regresiones obsesivas, a las fases que se reconoce que antaño la humanidad entera debió haber transitado del principio al fin de las eras glaciales, así que entonces todos los hombres eran entonces como lo son hoy sólo una parte ante la fuerza de las predisposiciones hereditarias y la nueva adquisición.

Naturalmente que estos cuadros no se pueden asegurar plenamente, pues la neurosis implica más de lo que la regresión en sí misma aporta. Ella es también la expresión de la resistencia contra esta regresión y un compromiso entre lo arcaico y las exigencias de la neurosis Obsesiva. Más que cualquier otra, se encuentra bajo el signo de los contrastes internos.

La neurosis requiere entonces, en tanto que la represión ha triunfado en ella, reproducir un cuadro arcaico. Con que nuestra primer formulación presupondría que la humanidad, bajo el influjo de las carencias impuestas por la abrupta era glacial, se tornó en general proclive a la angustia. El hasta entonces esencialmente amistoso mundo exterior que daba cualquier satisfacción, se transformó en de masivos amenazantes peligros.

Ante todo lo nuevo estaban dadas todas las condiciones para la angustia real. Inicialmente en efecto, la libido sexual no perdió sus objetos, que son humanos, aunque se podría pensar que en su propia existencia amenazada, el Yo se desprende de su carga de objeto y manteniendo la libido en el Yo convierte así en angustia real lo que una vez fue libido objetal. Así vemos que en la angustia infantil, frente a la insatisfacción, el niño transforma la libido de objeto en angustia real frente a lo extranjero , aunque en lo general también contabilidad eso se tiende a ceder y a angustiarse ante todo lo nuevo.

Hemos tenido una larga discusión en cuanto a que si la angustia real es anterior a la angustia anhelante , si el niño cambia en angustia real su libido por ser ésta considerada peligrosa y masiva, llegando así a la representación de peligro, o antes bien acceder a una angustiabilidad general y contabilidad ella aprender también a tener miedo de su libido insatisfecha.

Nuestra inclinación es a aceptar la primera, a dar prioridad a la angustia anhelante , sin embargo nos hace falta para ello una disposición especial. Estamos obligados a explicarla como una tendencia infantil general. La preponderancia filogenética aclara ahora la polémica a favor de la angustia real y nos permite suponer que parte de los niños traen consigo la angustia del inicio de las eras glaciales, y esto los induce además a tratar la libido insatisfecha como un peligro externo. Sin embargo, el relativo exceso de libido escaparía a la misma disposición y posibilitaría la nuestra adquisición de la disposición a la angustia. De cualquier manera, la discusión de la Histeria de angustia ponderaría la disposición Filogenética sobre todos los otros momentos considerados.

2) Contabilidad el avance de los tiempos duros debió darse en los hombres amenazados en su existencia el conflicto entre la autoconservación y el placer de la reproducción que encuentra su expresión en la mayoría de cualquier caso típico de histeria. Los alimentos entonces no alcanzaban para permitir el crecimiento de las hordas, y la fuerza del individuo no fue suficiente para mantener con vida tantos indefensos. Matar a los recién nacidos seguramente encontró resistencia en el amor, especialmente en las madres narcisistas.
De este modo, restringir la reproducción se tornó en una obligación social. Las satisfacciones perversas que no conducen a la procreación escapaban de esta prohibición que promovía cierta regresión a la fase libidinal previa al primado de los genitales. La limitación debió afectar más duramente y pronto a la mujer que al hombre despreocupado ante las consecuencias de la abstinencia en la relación sexual.

Esta situación en conjunto evidentemente corresponde a los requerimientos para la Histeria de Conversión. Por la sintomatología de la misma concluimos que el hombre todavía no hablaba cuando pro una imperiosa necesidad se impuso la prohibición de la reproducción, y por lo tanto, tampoco tenía construido el sistema Preconsciente sobre el Inconsciente. Por eso, a la Histeria de Conversión regresa el que además está dispuesto, especialmente la mujer, bajo el influjo de las prohibiciones que quieren descartar la función genital,, mientras que fuertes y excitantes impresiones tempranas empujan a la acción genital.

La evolución posterior es fácil de construir .......

3) al desarrollo ulterior es fácil de construir. Correspondió especialmente al hombre. Luego de haber aprendido a economizar la libido y de haber disminuido la actividad sexual mediante la regresión a una fase anterior, la actividad de la inteligencia tomó para él un papel primordial.
Aprendió a investigar, a comprender un poco el mundo hostil, y a través de los inventos, a obtener un primer dominio sobre él. Se desarrolló bajo el signo de la energía, elaboró los rudimentos del lenguaje y (seguramente) daba mucha importancia a las nuevas adquisiciones.
El lenguaje (constituía una) magia para él, sus pensamientos le parecían omnipotentes, comprendía al mundo de acuerdo a su Yo. Es el periodo de la cosmovisión animista y de su técnica mágica. Como recompensa de su fuerza por asegurar la vida a tantos seres desvalidos, se adjudicó el (derecho a un) dominio señorial sobre ellos, (creando) en su personalidad la idea de dos primeras disposiciones: que él era intocable (libre de ser dañado) y que su disponibilidad sobre las mujeres no podía ser discutida.

Hacia el final de este periodo la especie estaba dispersa en hordas nucleares que eran dominadas (bajo una línea) paterna, por un hombre brutal, fuerte y sabio. Quizá la naturaleza egoísta, celosa y sin escrúpulos que según las consideraciones de la psicología de los pueblos atribuimos al padre primitivo de la horda humana, no existiera desde el inicio sino que se formaría en el transcurso del duro periodo glacial como consecuencia de la adaptación a la necesidad.

Los caracteres de esta fase de la humanidad son los que repite la neurosis obsesiva, (aunque) parcialmente en forma negativa ya que la neurosis a través de sus formaciones reactivas ofrece una oposición a dicho retorno. La sobreacentuación en el pensar, la gran energía, la fuerza de retorno, la omnipotencia de los pensamientos, son rasgos que se mantienen inmutables.

Pero contra los impulsos brutales que pretenden sustituir la vida amorosa, se erige la oposición en desarrollos ulteriores, que a partir del conflicto libidinal finalizan paralizando al energía vital del individuo y sólo permite subsistir a los impulsos que sean desplazados a pequeños sometimientos bajo la forma de obsesión.

Así, este rasgo humano valioso en el desarrollo cultural, a su retorno sucumbe frente a las exigencias de la vida amorosa: del mismo modo que el grandioso tipo de padre primitivo, quien más tarde retorna bajo la forma de divinidad sucumbió en la realidad ante las relaciones familiares que él mismo creó.

4) Hasta aquí habríamos llegado al cumplimiento de uno de los programas provistos por Ferenczi de 'unificar los tipos de regresión neurótica contabilidad las etapas de la historia de la humanidad' quizá sin desvíos especulativos demasiado atrevidos.

Sin embargo, nos falta toda relación para continuar contabilidad las neurosis narcisistas que se manifiestan más tarde, si no nos viene en auxilio el supuesto de que la disposición a estas fue adquirida en una segunda generación, cuya evolución nos lleva a una fase nueva de la cultura humana.

Esta segunda generación da inicio contabilidad aquellos hijos (varones) que el padre primitivo celoso no admite. Hemos incluido en otro lado (1y1) (Tólem y Tabú) como los expulsa cuando han alcanzado la pubertad. Otra solución más cruel es observada en las experiencias psicoanalíticas, es decir que (el padre primitivo) los privaba de su virilidad. (y) ya inofensivos, podían permanecer en la horda como ayudantes de trabajo.

Podemos representarnos el efecto de la castración en aquel tiempo primitivo como una extensión de la libido y una detención del desarrollo individual. Este estado parecería repetir(se) (en) la democracia precoz que, inicialmente bajo la forma de Hebefrenia conduce al abandono de todo objeto de amor, al retroceso de todas la sublimaciones y al retorno al autoerotismo. El individuo joven se comporta como si hubiera sufrido la castración incluso la autocastración real no es rara en esta afección.

No debe tenerse en cuenta para conformar el cuadro filogenético, otras características de la enfermedad como son las alteraciones del lenguaje y episodios alucinatorios, ya que corresponden a intentos de curación, a los múltiples intentos por recuperar el objeto los cuales durante el cuadro de la enfermedad son casi más llamativos en su duración que las propias manifestaciones regresivas.

A la hipótesis de este trato sobre los hijos, le corresponde una pregunta que puede contestarse de paso ¿de dónde viene el sucesor y sustituto de los padres primitivos si estos se desprendían de sus hijos de esta manera?.

Ya Alkinson ha indicado el camino al señalar que sólo los hijos mayores debían temer la persecución del padre, pero los otros, el menor –pensando esquemáticamente-, gracias a al mediación de la madre, aunque en esencia debido al envejecimiento del padre y de su necesidad de ayuda, podría escapar a este destino y convertirse así en el sucesor del padre.

Esta preferencia por el menor fue absolutamente suprimida en las estructuras sociales posteriores y reemplazada por el privilegio del mayor. Aunque claramente en los mitos y cuentos esto se ha conservado.

5) La transformación posterior sólo podría darse cuando los hijos amenazados por la castración la evitaran huyendo y aprendiendo a asumir la lucha por la existencia aliándose entre sí.
Esta convivencia generaría sentimientos sociales y podría estar basada en la satisfacción sexual homosexual. Es muy posible que se pueda apreciar en la herencia de esta fase la tan buscada disposición a la homosexualidad.

Los sentimientos sociales así surgidos de la sublimación de la homosexualidad devinieron patrimonio de la humanidad y base de toda sociedad ulterior. Pero es evidente que esta fase implica una vuelta a la paranoia, o mejor dicho, en contra del retorno de aquella (frase) que la paranoia (rehuye) defiendiendose, sin faltar las alianzas secretas y al perseguidor quien juega un papel fundamental.

En el intento pro defenderse contra la homosexualidad que está en la base de la organización fraterna, la paranoia tiene que expulsar de la sociedad al atacado y destruir sus sublimaciones sociales.

6) La integración de la Melancolía-Manía en este contexto parece enfrentarse con la dificultad de no poder establecerse con precisión la edad normal para la aparición individual de esta afección neurótica. Sin embargo es más seguro que pertenezca más a la edad de la madurez que a la infancia.

Sobre la característica alternancia de depresión y euforia, es difícil no remitirnos entonces a la sucesión similar de alegoría y duelo que compone en forma regular toda la ceremonia religiosa. Duelo por la muerte de Dios, alegría por su resurrección.

Pero, tal como nosotros lo intuimos gracias a los datos de la psicología de los pueblos ese ritual religioso repite, ahora en sentido inverso, el comportamiento de los miembros del clan fraterno luego de matar y haber vencido al padre primitivo: triunfo sobre su muerte y duelo por él, en tanto todos lo habían venerado como modelo.

Así pues, este gran suceso de la historia de la humanidad que puso fin a la horda primitiva y la sustituyó por la organización fraterna victoriosa, parecería brindar la predisposición a la particular sucesión de ánimo que reconocemos como una afección narcisista especial, junto con las parafrenias.

El duelo por el padre primitivo surge de la identificación con él y ya hemos demostrado que dicha identificación es condición para el mecanismo de la melancolía.

Podemos decir que en resumen; si las disposiciones a las 3 neurosis de transferencia han sido adquiridas en la lucha contra las penurias de la época glacial, entonces las fijaciones que están en la el origen de las neurosis narcisísticas se derivan del hostigamiento ejercido por el padre, quien al término de la era glacial, prosigue en contra de la segunda generación el papel que había asumido.

Así como de la primera lucha se deriva la fase patriarcal de la cultura, de la segunda la social; pero de ambas se derivan las fijaciones que al retomar milenios más tarde, devienen como disposición para los dos grupos de neurosis.

Entonces en este sentido también la neurosis es una adquisición cultural. Si el paralelismo que hemos señalado es más que una comparación lúdica y en que medida puede resolver enigmas no resueltos de las neurosis, lo aclararán investigaciones posteriores y nuevas experiencias.
Ha llegado el momento de pensar en ciertas objeciones que nos advierten que no debemos sobreestimar las deducciones alcanzadas. En un principio se hará evidente que la segunda serie de disposiciones, las de la segunda generación, pudieron haber sido adquiridas sólo por hombres (como hijos varones), mientras que la demencia precoz, la paranoia y la melancolía son producidas también por las mujeres.

Las mujeres en tiempos primitivos han vivido en condiciones todavía más disímbolas a las de nuestros días. Por lo tanto, estas disposiciones presentan una dificultad de la que está libre la primera serie: parecen haber sido adquiridas bajo condiciones que excluyen la transmisión hereditaria.

Es evidente que los hijos castrados e intimidados no tienen acceso a la reproducción, de manera que no es transmitida su predisposición (demencia precoz). Pero el estado psíquico de los hijos expulsados, relacionados (a través de) la homosexualidad, no puede tener una influencia sobre las generaciones siguientes, ya que como ramas laterales estériles de la familia se extinguen en tanto no hayan triunfado sobre el padre.

Pero si este triunfo es alcanzado, constituye la experiencia de una generación a la que no se le debe reconocer la necesaria multiplicación ilimitada. Como puede pensarse, no hay que intimidarse ante los datos de un terreno tan oscuro. En el fondo, la dificultad es idéntica a otra presentada con anterioridad: como se continúa el padre brutal de la era glacial, quien no era inmortal, en una imagen divina posterior.

Nuevamente surge el hijo mas joven que se convertirá en padre. Sin estar él castrado, sabe del destino de sus hermanos mayores y teme por sí mismo, debiendo sentir la tentación de huir como los más afortunados de ellos y renunciar (también) a la mujer.

Así, del lado de los hombres estériles desechados, queda una sucesión de otros hombres que siempre llevan en su persona los destinos del género masculino y que pueden transmitirnos como disposiciones (hereditariamente). Se mantiene el aspecto esencial; para él (el hijo menor) la necesidad de los tiempos es sustituida por la coerción del padre.

El triunfo sobre el padre debió ser planteado y fantaseado en el transcurso de múltiples generaciones antes de que se lograra realizar. La extensión sobre la mujer de las disposiciones creadas por la coerción del padre parecen constituir una dificultad más seria.
Los destinos de la mujer en esas épocas remotas se mantienen velados por una particular oscuridad. Podrían haber existido incluso condiciones de vida que no hemos reconocido. Sin embargo, el punto que nos permite superar el mayor de los problemas consiste en que no debemos olvidar la bisexualidad humana.

De este modo, la mujer puede recibir las disposiciones adquiridas por el hombre e incluso ponerlas de manifiesto en sí misma. Con todos estos argumentos queda claro que no logramos en el fondo otra cosa más que haber sustraído nuestras fantasías científicas del reproche de lo absurdo.

En líneas generales, conservan su valor como saludable desilusión, si tal vez nos hemos encaminado en ubicar la disposición filogenética por encima de todo lo demás.

El desarrollo no es tal que en proporciones constantes, tal vez reglamentadas, las constituciones arcaicas retomen en el nuevo individuo y que a raiz del conflicto con las exigencias de la realidad se tornen en neurosis.

Hay cabida a nuevas adquisiciones e influencias que nosotros ignoramos. Así pues, no estamos al final sino al principio de la comprensión de estos factores filogenéticos.
Notas
(1) La traducción es fiel al borrador original, de manera que se han mantenido las faltas de concordancia entre frases, incuyendo, en ciertos casos, palabras castellanas entre paréntesis para dar sólo una mayor coherencia gramatical.
(2)Llama la atención el uso del verbo hören (escuchar; Werden hören: escucharemos), se abre así la posibilidad de que este texto haya sido escrito inicialmente para un auditorio, y no necesariamente como parte de los manuscritos perdidos

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